La evolución del planteamiento de estrategias tanto digitales, como de marca, posicionamiento y ventas ha traído consigo combinaciones interesantes, una de ellas es el brandformance, término que ha cobrado mayor importancia en los últimos años.
Brandformance es una palabra compuesta por Branding y Performance, y su esencia va más allá de esta mezcla. Para hacerlo más sencillo, definamos los conceptos de la raíz.
Branding: Proceso en el que se construye y gestiona una marca. Como lo hemos hablado anteriormente, este proceso se refiere a definir ADN de la marca, hasta su identidad visual.
Performance: Es una estrategia de publicidad enfocada en la medición de resultados y mejora de conversiones, ya sean ventas, llamadas, citas, etcétera.
Cuando llega a nuestras manos estrategas una marca nueva, pensamos en que toda estrategia debe estar encaminada a resultados; el Brandformance promueve la idea de que todo esfuerzo de branding y posicionamiento, tendrá efecto en la conversión final.
Entonces, todos los esfuerzos de la marca deberán estar orientados en resultados, y ¿cuáles pueden ser las acciones concretas?
Acciones de Branding
– Visibilidad de la marca en redes sociales.
– Asociación de la marca a ciertos valores.
Acciones de Performance
– Registros, suscripciones, compras, descargas, clics y participación en promociones.
Acciones de Brandformance
– Seguir a un influencer que representa a la marca.
– Seguir todos los canales de la marca.
– Interactuar con la marca.
Como puedes ver, todas las acciones en performance son medibles; si el brandformance es una estrategia sobre un objetivo medible, ¿qué indicadores nos ayudan a medir los resultados de una campaña de branding?
Existen varios indicadores que nos ayudarán a analizar si nuestra campaña ha tenido éxito (algunas más complicados de obtener que otras) pero que debemos poner foco para mejorar. Éstos indicadores son: ROI (Retorno de Inversión), búsquedas orgánicas de la marca en internet, consultas, visitas, enlaces entrantes y por supuesto, el ratio de conversión.
La próxima vez que decidas saltarte una estrategia que trabaje los valores de tu marca, piensa que el impacto de esto no solo repercute en cómo te perciben, si no en qué tanto vendes.